jueves, 11 de agosto de 2011

La parte triste de mi vida

        Mi única tarea  era todos los días levantarme y pensar, sentado allí... en la silla petisa. Todos los días era lo mismo. Siempre era igual. Calentaba agua para el café, y en la silla me sentaba una y otra vez. Pensaba... quizás en la tristeza, quizás en la vida... solo pensaba. Eso hacía.

No había cosa alguna que me motivara, todo era un suceso de hechos que, de alguna u otra manera, sucedían. Eso era lo que pasaba, era mi manera de ver la vida. Nunca sentí el deseo de que alguien llamara a la puerta, en el rancho de madera vieja. Ocurrió así un día, de los tantos por los que había pasado.

Abrí la puerta, dudé, pero logré hacerlo.
- ¿Cómo andas Jon?, ¿Qué me cuentas? –preguntó Javier.
- Nada nuevo… -contesté  con voz débil.
- Bueno… Mira! te vengo a traer este perro abandonado, lo encontré ayer en la puerta de mi casa… Yo no puedo cuidar de él. ¿Puedes tu hacerlo?

De verdad no me esperaba esto. No dudé en tenerlo, decidí cuidar de aquel perro de pelaje marrón oscuro y ojos color ámbar.
Tendí mi mano para saludar a Javier y enseguida cerré la puerta del rancho.
Miré al perro detenidamente y sintí que algo en común tenía con aquel ser abandonado.

No sabía que era. Me vi reflejado en aquel perro callejero; tanto, que sintí el fulgurante deseo de cuidar de ese animal.
En años  no había conseguido sonreír,  hoy si lo e  hecho... todo por un viejo perro vagabundo, que por cierto llamé Iron.

Meses pasaron desde aquella tarde lejana, hoy me  encuentro  tendido en la cama. Parece que la muerte se me avecina.
Me volteo hacia el perro, mi fiel amigo, y congelo la mirada. Por unos segundos creí sentir que aquella criatura había caído como un ángel del cielo... Lo acaricio y le digo al oído en voz silenciosa una frase que hacia ya tiempo no decía: TE QUIERO. En ese momento recordé ciertos momentos de mi triste vida.

Me doy cuenta que... este perro, que presencia los últimos momentos de mi vida, ha sido mi único amigo, mi única esperanza de vida.

llegó la hora...  y cesé de respirar...

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